Y entonces te abrasé y bese tus labios como si fuera la última vez que lo haría. Recordé aquella tarde lluviosa de septiembre cuando te conocí, sentía de nuevo el aroma del café que me tome a tu lado, mientras reíamos de situaciones tan absurdas. En ese momento noté que te parecías mucho a lo que un día imaginé.
Para muchos la lluvia es molesta, les impide seguir con su cotidianidad, para nosotros solo fue un pretexto para estar juntos, ahora cada gota de lluvia tiene inscrito tu nombre y junto con él un “Te Amo”. El mismo lugar cada cita, a veces la misma gente, no siempre el mismo clima pero siempre el mismo sentimiento.
Muchas risas y besos a tu lado, por los caminos por los que el viento nos lleva, mientras que la gente nos mira, algunos asombrados, algunos catalogándolo como romántico, sin embargo muy a pesar de mis sentimientos es lo que menos reflejo, romanticismo.
Una noche perfecta; alcohol barato, un litro de agua y una cajita de leche Hershey’s nos bastaron para hacer de unas horas como si fuesen una vida. Una selección de música nos acompañó, en aquel momento no pensaba en otra cosa más que en ti, me diste tu aliento en un beso, entonces te abrasé y besé tus labios como si fuera la última vez que lo haría.
